Con la voz pastosa, consiguió preguntar por fin:
- "¿Quién sabe un nombre de chica que tenga algo que ver con los gatos?"
Y, en cuanto lo hubo dicho, se arrepintió. ¡Qué ilusa, pensar que podía cerrarles la boca a aquellos dos bichos! Si no se callaban ni debajo del agua...
Empezaron a gritar todos...